Animados por la corriente inmaculista del siglo XVII, en 1615, la ciudad de Ontinyent, encargó a un orfebre anónimo de Valencia, la talla de una imagen de la Concepción de María, que reflejara la pureza de María. De esta forma, la imagen labrada en plata, a excepción de “la corona, rayos, luna y caña”, según se detalla en el «Índice de Curiosidades o Memorial parroquiales” ubicado en el archivo parroquial de Santa María.

Años más tarde, fue traslada la imagen a Valencia para ser restaurada en la que fueron sustituidos todas las piezas de hierro y bronce por otras de oro, plata y piedras preciosas.

D. Antonio Conca y Roig detalla en el «Índice de Curiosidades o Memorial parroquiales” la segunda entrada que hizo la Purísima Concepción en la ciudad de Ontinyent, relatando con todo detalle dicha efeméride, recibida la imagen con cantos y festejos por donde pasó desde su traslado de Valencia hasta llegar a la ermita propiedad de Mosen Sisternes, construida ex profeso para la recepción de la imagen antes de su llegada a la Villa de Ontinyent. También se detalla, en estos escritos, que la imagen fue traslada en el interior de un armario adornado y tirado por bueyes. Dicho armario se encuentra en la sacristía de Santa María.

En la contienda acaecida en España a principios del verano de 1936 la imagen desapareció. Una vez restablecida la paz en los primeros meses de 1939 y para las fiestas patronales de ese año, el artista local Carlos Tormo Martínez “Carlets”, talló en madera una réplica de la Purísima hasta que el 7 de diciembre de 1941 era bendecida la actual imagen de la Purísima obra del platero valenciano Agustín Devesa Olmos, siguiendo las orientaciones que se conocían de la talla desaparecida. La imagen fue cincelada en plata con donaciones de monedas, medallas, cadenas, cubiertos donadas por la villa de Ontinyent.