Historia de las fiestas

FIESTAS PATRONALES DE LA PURÍSIMA

Las Fiestas patronales de la Purísima Concepción se celebran entre finales de noviembre y principios de diciembre. El acto más multitudinario es el «Toro embolado»  (Bou Embolat): la suelta de toros con bolas en los pitones y con cuerdas para manejarlos, en un circuito cerrado de calles y callejones.

Cuando la Fiesta Mayor de Ontinyent, la de la patrona Inmaculada Concepción, se ceñía estrictamente a los días de la celebración de su novena, la conmemoración se iniciaba el día de Santo Tomás, el 30 de noviembre, con el canto de la maravillosa melodía de «L’Anunci Angèlic» por parte dels Angelets, declarado Bien Inmaterial de Relevancia Local, niños y niñas que entonaban nuestra joya patrimonial más apreciada. Ahora, con la celebración de los principales actos en fin de semana, el «Cant dels Angelets» ha pasado a tener lugar la semana siguiente a la Feria y como preludio del pregón de las fiestas.

El Cant dels Angelets es uno de los cantos más antiguos del panorama festivo valenciano. El canto, supuesto de 1660, es acompañado de esta letra:

    Hui del cel nova ha aplegat,
    que Ontinyent amb devoció
    festeja la Concepció
    de Maria sens pecat.

    Vos faig saber que este día
    tota la Cort Celestial
    en Majestat sens igual
    festeja també a Maria

    Animeu-vos puix Cristians
    i a la que és Mare de Déu
    festejeu i alcançareu
    de son Fill mercés molt grans

    Com és fill tan encumbrat
    el qui a sa mare honrarà
    en el Cel li ho pagarà
    fent-lo benaventurat.

 

Y cuando termina «L’Anunci Angèlic«, alguien lanza el imprescindible vítol, el «Visca la Puríssima Concepció!!», que respondemos todos con un «Visca» potente, seguido por otro grito nada solemne, pero bien arraigado, venido del recuerdo de los años en que la cercana fiesta del toro corría el peligro de no celebrarse: «Bou! Bou a la Vila!».

Quizás los testimonios de las viejas costumbres se mantienen aun en ‘las camareras’ de la Purísima de Ontinyent, en su ‘uniforme’, pues desfilan todas de igual manera, llevan un abrigo negro y, encima, la medalla distintiva de camarera.

Los días 7 y 8 son los más grandes de Ontinyent, nuestra Fiesta Mayor a la patrona única canónica de la Vila Reial y Ciudad. Tiene lugar desde 1642 y es vivida con la mayor solemnidad. En la tarde del día 7, noche de víspera, esta la celebración de la retreta y la salida más multitudinaria del año de los «Gegants i Cabets» por las calles mayores de la Vila y del Raval. El día 6 por la tarde se celebra la más antigua y solemne de las danzas locales.

El día de la patrona empieza de buena mañana con el volteo de la campana que lleva su nombre, anunciando la misa del Descubrir en el templo de la Asunción. Una serie de actos religiosos siguen a esta, adornado con un Rosario público por las calles mientras, de fondo, va escuchándose el comienzo de la «despertà«, con muchos cohetes.

El Repique de la Purísima, desde el campanario de la Vila, precede la Solemne Misa Mayor Mayor, a la que sigue una «mascletà«.

Por la tarde está la procesión general, encabezada por los «Gegants i Cabets«, y seguida por los bailes dels Arquets, de la Veta, dels Cavallets y nuevos bailes que se han ido sumando con el paso de los años. Cuando la imagen de la Purísima está en la puerta del templo mayor, se dispara un castillo de fuegos artificiales y se lanza una lluvia de flores.

El sábado posterior, recoge la celebración de un acto ahora institucional y antes popular. Una recolecta para la financiación de la fiesta que se conoce como «l’Aguinaldo«. Antes, comenzaba por Sant Esteve, el 26 de diciembre, y desde el siglo XVIII consistía en la visita del cura o el beneficiado responsabilizado casa por casa, sin dejar ninguna masía o finca del amplio término, acompañado de un reducido y cambiante número de músicos y cantores, dos farolillos, un estandarte con la efigie de la patrona y una muchedumbre de niños. Cuando llegaba a una casa se hacía la pregunta de rigor: «Què volen, cants o responsos?», si estaban de duelo, sólo se rogaba, y en el caso contrario, se entonaban algunas de las muchas coblas existentes, o se inventaban otras nuevas, como cuando los regidores improvisaban en las visitas de la comitiva al Ayuntamiento, documentadas sólo a partir de 1886. En obsequio a la Purísima, no faltaba el maíz, o las ristras de ajos, o bien el dinero. Ahora, es una visita protocolaria de la Junta de Fiestas a determinadas instituciones locales como el Ayuntamiento.

A la mañana siguiente, la imagen de la Purísima, después de la misa de dobla, es llevada a su capilla, poniendo fin a las fiestas.

EL BOU 

Es tradicional que el último fin de semana de noviembre o el primer fin de semana de diciembre se celebre en Ontinyent el Bou en Corda. Este tiene lugar la tarde del sábado y la tarde del domingo. Durante las dos tardes son tres toros con cuerda los que recorren las diferentes calles de Ontinyent, desde el Camí dels Carros, pasando por la Canterería, el Pont, la plaça de Baix, la plaça Major o del Ayuntamiento y el Ravalet.

Era tradicional que el primer toro del sábado por la tarde era subido al barrio de la Vila, antiguo núcleo de la ciudad, por las calles y callejones sin salida de la Vila. Todo un gozo para los centenares de corredores y millares de asistentes a una de las citas más interesantes de nuestro calendario festivo. La ciudad se transforma por unas horas y se llena de una alegría especial que sólo puede sentirse en estas pocas horas. Toda una experiencia el correr, el mirar como corren, el acercarse al animal, el botar la cuerda delante de los cuernos y el entonar, junto a tantas voces, la canción más acostumbrada para citar al animal: «La Xata Merenguera, huit, nou, deu…«.

El día anterior, el viernes, y en la plaça Major, delante del corral improvisado a las puertas del mismo Ayuntamiento, tiene lugar el acto de l’Embolà. Las astas de los tres toros son recubiertas por las bolas que evitarán el día siguiente incidentes serios. Todo un arte centenario que, ahora mismo, continúan manteniendo bien vigente los Portadors del Bou de la Puríssima.

La fiesta popular del Bou en Corda se completa con la suelta, el sábado por la mañana, de una vaquilla o un becerro, destinado a que los más jóvenes vayan tomando contacto con la fiesta.

El fin de semana, el domingo, acoge también, uno de los actos más multitudinarios de las fiestas de la Purísima la ofrenda de flores a la patrona. La imagen de la Purísima es obsequiada con ramos y cestas de flores por las diferentes instituciones y asociaciones de Ontinyent. Destacar la procesión Cívico-religiosa del día 8 de diciembre, con bailes de gigantes y cabezudos, arqueros, caballeros y veta, que preceden a la cruz procesional.